Thursday, June 15, 2006

Reflexión sobre la Improvisación por Ramiro Molina



El destacado improvisador libre chileno comparte con nosotros su visión sobre la improvisación o qué se entiende por improvisación libre en la música. Le agradecemos su gentileza por compartir sus ideas y conceptos con JazzVision editorial We are we play.

La improvisación o mas bien dicho la llamada improvisación libre puede ser visualizada o comprendida como una “composición instantánea” o como una “composición en tiempo real”. Esto es para intentar explicar una aproximación o modo de hacer música que es tan antigua como ella misma. Esta perspectiva o concepto no es una novedad en si mismo, pero su olvido por tanto tiempo como un canal de desarrollo de la música, hace que su puesta en escena nuevamente, producida desde distintos ámbitos y por diversas razones - casi como un punto de intersección y conjunción que se ha dado en una especie de congruencia y complicidad cronológica - la convierta en uno de los bastiones más valiosos recuperados por la música occidental, contemplando sus propios principios particulares.

Es probable que de alguna paradójica manera sea más sencillo empezar hablando de lo que “no es”........en vez de lo que “es”. No es un don que algunos tienen y los hace especiales, tampoco es un destello sideral que de un plumazo ilumina la mente y el espíritu convirtiéndolo a uno en un improvisador, y mucho menos es regalo de Zeus por el cual es necesario esperar.

Entonces, si no es todo eso: ¿qué es?

Nos quedamos con nosotros mismos y nuestra humanidad (afortunadamente), con nuestro “tratar humano” (mas real, por cierto). Podríamos decir que es una re-organización espontánea. Esto es, tomar una perspectiva distinta del material musical ya conocido, es sólo un asunto de adoptar unas direcciones apropiadas del trabajo. Globalmente estas direcciones se refieren: al acercamiento empírico frente al acto de la improvisación (se aprende haciéndola.....como una gran cantidad de otras cosas en la vida), tópicos claros para el trabajo personal (es esencial el trabajo sobre si mismo), y la interacción con el colectivo (la relación con los demás).

Así y todo, la palabra improvisación no debiera conducir a errores de comprensión o de imagen: no es sinónimo de “cualquier cosa”, de “no importa que”, “no importa como” y “no importa cuando”, siendo quizás estas las preguntas fundamentales sobre las cuales se lleva a cabo parte del trabajo: ¿Qué tocar?, ¿Cómo tocarlo? y ¿Cuándo tocar?.

Llegamos de esta manera a un punto más analítico de la situación, atendiendo finalmente al hecho de que la improvisación abarca todos los parámetros, conceptos y materiales de la construcción sonora. Por un lado se yergue una gramática basada sobre puntos variables y fijos, sujeciones y syntagmas interconectados por relaciones de subedición, aparición, temporalidad, causalidad, carácter, accidente o ninguna; aplicados sobre uno de los parámetros, un conjunto de ellos o todos al mismo tiempo. Por tanto, bajo una mirada ingenua se podría entender como una liberación de los parámetros pero al afinar la visión es posible constatar que se trata más bien de una conciencia de la variabilidad inmediata, constante e integral. Por otro lado, abraza con firmeza, de una forma sintética el lenguaje (también) de la música tradicional occidental contemporánea con las atmósferas atonales; sumergiéndose asimismo y con insistencia en los tópicos conceptuales del arte sonoro de nuestro tiempo, atravesando la investigación sobre: el timbre; la aleatoriedad; la semiosis; la dialéctica estructura-material (contenido-contenedor) esto abordado como la construcción y deconstrucción en tanto que función biunívoca, convirtiéndose en una relación en la que uno actúa como el revelador del otro y viceversa; la revalorización del ruido como elemento de edificación sujeto a sus propios parámetros (ver circunstanciales y locales), liberado del reconocimiento y validación por identidad transpositiva y lejano a toda intención anecdótica.

La improvisación libre es un acercamiento al lenguaje de la improvisación sin convenciones previas, sin guiños. Un hacer música en el momento que se interpreta, una visualización de la creación musical a partir del aquí y el ahora, lo que exige una total atención de la propia voz y al mismo tiempo del otro(s) y su relación con uno.

Es así como, en el trabajo en torno a la improvisación libre es clave aprender a escuchar a los otros músicos tanto como escucharse a sí mismo, y a la relación de uno con el colectivo. En este mismo sentido, otro elemento primordial es el aprendizaje del silencio, y en el instante de tocar hacerse sensible a lo que la composición necesita en ese momento, como un ente vivo y orgánico.

En esta vía, es esencial el trabajo de la pérdida del miedo al error al no encontrar, ya que muchas veces simplemente no se encuentra, y esa es parte de la magia. Cada composición es irrepetible, puede tener una energía similar pero no será la misma. Para comprender esto es hermosa la imagen del río: “Si se mira el río pasar, es siempre el mismo y a la vez nunca es el mismo”. O si se quiere la versión original de Heráclito de Efeso: “ No es posible meterse dos veces en el mismo río, ni tocar dos veces una sustancia mortal en el mismo estado; a causa de la velocidad del movimiento todo se dispersa y se recompone de nuevo, todo viene y va”.

Ramiro Molina

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