Monday, August 22, 2005

EDITORIAL JAZZVISION

Todas las semanas se colocará una editorial con relación a músicos o expresiones vinculadas a la música de avanzada. Nuestra primera editorial está dedicada al énigmático Albert Ayler.

“ La alegría espiritual” de Albert Ayler

Albert Ayler fue un músico controversial para algunos y para otros un genio. El siguiente artículo desea acercar al oyente al mundo espiritual y optimista de este músico, quién como pocos pudo sobreponerse a la adversidad del mercado musical y ganarse el respeto de sus colegas, de ésos que celebran a la hora de partir.

Albert Ayler, saxofonista ( tenor, alto y soprano ) nace en Cleveland, Ohio un 13 de julio de 1936 en una familia de mileu musical. Su padre fue saxofonista, violinista y cantante. Su hermano Donald Ayler trompetista lo acompañó incluso en los años de bonanza de Albert.
A la edad de 7 años comenzó Albert con el alto. Estudió posteriormente en la Academy of Music en Cleveland durante 7 años, trabajando posteriormente con bandas de R & B.
Toca en bandas militares con el ejército norteamericano entre el ’58-61 en Europa. Residirá a partir de 1962 en Suecia. El 25 de noviembre de 1970 y después de estar desaparecido por 20 días, situación que hasta hoy no es esclarecida, fue encontrado su cuerpo flotando en el East River en Nueva York.

“We are the music we play”

Pensando en la trascendencia de este músico nos encontramos que Ayler desarrolla con el tiempo su propia ideología “somos la música que tocamos”. Y este motto es, en propias palabras, el “compromiso con la paz, con el entendimiento de la vida”.
Ayler explica sus dichos: “ (con nuestra ideología ) intentamos purificar nuestra música, purificarnos nosotros mismos, eso nos hace movernos a un nivel superior de paz y entendimiento. (...) estoy convencido que, a través de la música, la vida puede ser ofrecida más que entendida”. Luego nos explica su punto de vista sobre lo anteriormente expuesto:
“Cada tipo de música tiene una influencia, incluso directa o indirecta sobre el mundo y su entorno (...) eso intentamos traerlo a la música (que hacemos)”. Creemos que él habla de la universalidad de la música aunque podría referirse a la espiritualidad de toda expresión musical. Ayler continua: “Es lo que intenta hacer también Coltrane a su manera”. Esto último nos corrobora el aspecto espiritual por sobre lo universal de la música. Finalmente Ayler concluye: “Desde que hacemos la música así ( pura, honesta ), nuestra forma de vida ha sido más pura ... (...) Para ello necesito gente pura en su forma de pensar, así como en su música la gente (reflectará) una onda más positiva”.

Sus influencias

Al referirse a sus influencias Ayler ve una línea recta en la tradición del jazz a partir de Lester Young, pasando por Bird y llegando a la franca admiración de Trane. Aquí sus fundamentos de la elección:
Primeramente Lester Young “ la forma de conectar sus frases; la libertad en la cual él florece. Y su voz cálida al tocar”.
Segundo Charlie Parker, aquí rememora una noche de 1955 en Cleveland: “Noté su calidad espiritual desde la primera vez que lo conocí”. Y finalmente nos confiesa: “La forma que Bird y posteriormente Trane tocaban los cambios” fue materia de admiración y estudio.
También tuvo palabras sobre la figura de Sydney Bechet, quien a juicio de Ayler, “representa el verdadero espíritu, la fuerza de la vida que muchos de los músicos viejos tenían, como en el jazz de New Orleáns, y que muchos músicos actuales no tienen”. Aquí se refería a los Bobers de quienes parece no tiene la mejor opinión.

Su música en propias palabras

Albert cree que “esta música (que él hace) es buena para nuestra mente; libera nuestra mente. Si sólo escuchas, encontrarás mucho más sobre ti mismo”. Pero aclara inmediatamente: “Es realmente una música espiritual libre, no es free music”. Continua en su aclaración, “ y para tocarla los otros músicos se preocupan de lo que ellos están tocando, pero nos escuchamos los unos a los otros. Muchos otros músicos no están tocando juntos y entonces sólo producen ruido”. Creemos que se refiere finalmente a quienes improvisan y ven en ello algo individual, del virtuoso antes que la alquimia musical de la libre improvisación.


Comentario final

Finalmente un comentario al margen sobre su música. Ayler va al rescate de la tradición tanto de New Orleáns como de canciones y marchas propias de la comunidad afro-americana. Pero a partir de allí él recrea tonadas tradicionales en un lenguaje de jazz a ratos de libre improvisación. Es decir, lleva las melodías a expresiones líricas a veces, otras rabiosas e incluso festivas, pero nunca abandona el aspecto espiritual a lo que aludía en sus dichos. El comienzo de su carrera y registros discográficos fue difícil pero tras la intervención de Coltrane ante los ejecutivos de Impulse! Ayler pudo registrar parte de su obra posterior en el sello de negro con banda naranja.

De esta forma cerramos esta entrega sobre Ayler. Hemos intentado dar contexto a declaraciones hechas por el músico extractadas de una entrevista con la revista Down Beat. Y que creemos da luces para el conocimiento del músico, su perspectiva e invita a la escucha de su obra.

Equipo JazzVision
Editorial

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