Friday, September 16, 2005

PETER KOWALD "Un contrabajista acuestas por el mundo"

A tres años de su fallecimiento en la ciudad de Nueva York, JazzVision comenta brevemente sobre la personalidad del músico.

Nació en la ciudad de Thüringen en 1944. Creció en la ciudad de Wuppertal. A la edad de 16 años comienza con el contrabajo, además sabe tocar la tuba. Ya a los 18 comienza a tocar junto al otro héroe del jazz libre alemán, Peter Broetzmann. Luego vendrían tríos con Irene Sweizer y Pierre Favre.
Además de participar en pequeñas agrupaciones y desde el comienzo en la Globe Unity, esa súper orquesta de improvisación liderada por Alexander von Schlippenbach. Ya en 1967 toca además junto a Evan Parker. Para ser honesto con nuestro homenajeado, Peter tocó con todos los grandes improvisadores pero también, y es célebre la anécdota, solía tocar en sus viajes con músicos callejeros. Tal era su entusiasmo, le bastaba un estímulo para tomar de su bici el contrabajo y desenfundarlo para compartir un nuevo viaje musical.
Tomará un contacto intenso con todos los improvisadores libres de Europa. Viajará lejos de su ciudad empapándose de culturas extranjeras y nuevas experiencias musicales. En este sentido serán decidores en su vida reiterados viajes a Oriente y Rusia.
Su experiencia con el contrabajo, a propio juicio, es más bien multi direccional más que lineal en cuanto a interpretación se refiere. Explora todas las posibilidades que su instrumento puede brindarle, dejando atrás reglas atávicas de la forma consensual de tocar este instrumento. Lo anterior enriquece sin dudas la paleta sonora de su ejecución.
Hacía fines de los años setentas crea un trío junto al trompetista Leo Smith y el baterista Günther Sommer, explorando con ellos más allá del ámbito musical, trascendiendo lo sonoro llegando a lo cultural! Kowald logra tocar no tan sólo con materiales prestados de estas nuevas culturas sino que con la esencia musical de estas culturas, todo desde una perspectiva de un proceso de aprendizaje.

Quiere romper con las ataduras intentando tocar el contrabajo en forma vertical y horizontal. Sostiene que los improvisadores libres pueden presentar muchas y novedosas cosas. Ser capaces al mismo tiempo de tocar lo complejo y lo simple. Una cuestión más bien filosófica que siempre ocupo a Kowald como músico.
Así como artista musical y como artista gráfico siempre fue crítico primero de sí mismo.

Tras un viaje por Oriente dijo sobre la música:
“La música debe pasar a través de un orificio muy pequeño, un canal muy estrecho. Esto es difícil pero debe hacerlo. Y cuando esto ocurre, entonces se podrá abrir y todos los animales y el viento, la naturaleza completa se escuchará. Pero primero debe traspasar este pequeño orificio.”

Falleció imprevistamente un 21 de septiembre del año 2002 en la ciudad de Nueva York su otro hogar cuando saltaba el charco para compartir con sus amigos músicos.

La escucha de su obra es como diría ese lobo estepario alemán de Hermann Hesse es "sólo para locos". Sin embargo, luego de cruzar esta puerta no hay vuelta atrás. Es simplemente un ejercicio de conocimiento propio, del auditor.

JazzVision Redacción.

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